Pilar Sole (1928) – Diseñadora de vestidos de papel
Entrevistada por Cristina Tchicourel
24-06-2011
Aunque cuando hice el vestido de las meninas, fue la única vez que lo hice exacto como está en el cuadro pero es el único, no me gusta imitar, disfruto más inventando.
Pilar es una mujer elegante, lleva un bastón en la mano izquierda que no usa pero le da seguridad, lo lleva como si lo fuese a utilizar en una coreografía de baile o como un mago lleva su vara para, en cualquier momento, transformar la adversidad en valentía. En la mirada lleva encendido el brillo de la esperanza y el entusiasmo. Tiene 83 años y a los 62 años comenzó la fase de su vida más creativa. Tal vez porque antes no había tenido tiempo, o tal vez porque de niña no tuvo tiempo de soñar y ahora son aquellos sueños los que recorta, cose y pega para transformarlos en suntuosos y alegres vestidos. En el Casal d’Àvis de Vallirana comparte su arte con otras mujeres, porque si hay algo que la hace feliz es dar satisfacción a esas mujeres. No parece vivir en el pasado, tampoco en el futuro, parece estar feliz con su presente y eso se contagia cuando estas a su lado. Dice que cuando ella trabaja el tiempo pasa de otra manera, que cuando está en su casa cosiendo o imaginando nuevos vestidos se olvida de todo, como cuando juegan los niños, que al estar en armonía con el tiempo, este deja de existir y lo único que existe es el espacio del juego.
¿Cómo surgió la idea de hacer vestidos de papel?
Cuando me jubile tenía 62 años y vine a vivir a Vallirana, entonces comencé haciendo vestidos de plástico. El primero se lo hice a mi nieta, que tenía tres años y ahora tiene veinte. Le hice un vestido de camarera con una bolsa negra, un delantal blanco y una bandeja. Era un vestido igual al que llevaba yo. Entonces estaba en el centro del Penedés, allí gustó mucho y comenzamos a hacer vestidos de plástico. Fue más tarde, cuando se inauguró el centro de Vallirana que, como el plástico era muy caluroso, la directora me llevó visitar un centro en Cornellà que los hacía de papel. De allí tome ideas, por ejemplo a ponerles friselina, que es un material como papel pero se puede coser a máquina y no se abre. Porque el primer vestido que hice fue para un señora que iba vestida de catalana. Recuerdo que fuimos a exponerlo a Terrassa y cada vez que se agachaba se abría. En cambio con la friselina esto no ocurre, se pone detrás del papel y así resiste más. El papel que se utiliza es el mismo que se usa en los hoteles para la mantelería.
¿Antes se había dedicado a la costura?
Sí, el corte lo aprendí cuando tenía 18 años, tengo el titulo para poner una academia y enseñar costura. Pero cuando acabé de estudiar enseguida conocí a mi marido y nos dijeron de poner una pollería, y el corte que aprendí con las tijeras de cortar ropa se convirtió en cortar y matar pollos o sea que se convirtió en algo bastante diferente.
¿Le hubiese gustado dedicarse a esto antes?
No pienso en eso, ahora lo disfruto con tranquilidad..
¿Hay algún diseñador o estilo que le inspire o le interese más?
No, esto lo aprendí a los 62 años y sólo utilizo mi cabeza para eso. La inspiración sale sólo de mi cabeza.
Aunque me gustaban mucho los vestidos de Sisi que son anchos y se les puede poner lo que se te ocurra, porque caben muchos adornos. En cambio a los vestidos estrechos no les veo el interés de que sean de papel. En el escenario un vestido estrecho se ve igual tanto si es de tela como de papel.
Pero lo que más me gusta es inventar adornos. Por ejemplo cuando hice un vestido con flores miraba un libro de jardinería, utilizo los recuerdos pero la idea no la saco de otros vestidos, me los invento.
Aunque cuando hice el vestido de las meninas, fue la única vez que lo hice exacto como está en el cuadro pero es el único, no me gusta imitar, disfruto más inventando. A las señoras les digo que cuando éramos jóvenes, a los 18 años, existía la presentación en sociedad, como nosotras no tuvimos esa oportunidad les pido a ellas que se imaginen qué vestido les gustaría llevar y se trabaja sobre esa idea. Lo que pasa es que a veces me dejan que me la invente yo y que interprete lo que ellas desean.
Antes hacía 10 o 12 modelos con muñecas Barbie y ellas lo elegían.
¿Ellas también participan en la confección del vestido?
Ellas también cosen, yo tomo las medidas y después se hace en papel, se los pruebo y luego, si queda bien, lo corto en friselina y se los doy a ellas para que lo hilvanen y se los vuelvo a probar. Una vez que caen bien los desmonto y los corto en papel, luego hay que plancharlos cosa que es más delicada porque se puede pegar la plancha, después lo montamos y ponemos los adornos,
Mientras me muestra el álbum, hablamos. Le comento que me da la impresión de que se inspira en los cuentos o los sueños de la infancia, ella me contesta que de pequeña no le ha quedado mucho tiempo para soñar. Me va contando la historia de cada vestido, de los cuellos y los volados, de los dibujos y los colores, de las mariposas y las campanillas. Me muestra con satisfacción tres vestidos hechos con papel de periódico, y me asombra lo bien que han quedado. Cuenta que uno de ellos lo han donado a La Vanguardia. Me dice que el problema del papel es que el papel no tiene caída y que hay que ponerle adornos para darle volumen. Me dice también que no sabe hacer vestidos desiguales, que le gusta la simetría y el color azul marino.
Felicitats Pilar, amb la teva aptitud vitalista dones lliçons els més joves
ResponderEliminarUna entrevista muy entretenida y una aficción muy original. Me sumo a las felicidades del Anónimo anterior.
ResponderEliminar¡Ojala podamos llegar a la misma edad con tanta energía creativa! Un notable para este blog, el diseño, las entrevistas.
ResponderEliminarMarcos
Me encanta esta iniciativa, y me encantan nuestros yayos.
ResponderEliminarJoan
És fascinant veure la capacitat que tenen les persones grans per fer autèntiques meravelles. Enhorabona a la Sra. Pilar, és una verdadera artista !!
ResponderEliminarAquest blog és genial, ens permet posar rostres a persones anònimes, que destilen ART pels quatre costats. FELICITATS.