Elena
Almeda – Pintura y escritura
Entrevistada
por J.-C. Martin
Abril
2012
¿Me
puedes contar cuándo y cómo descubriste escritura y pintura, y cuál fue o
cuáles fueron los elementos que te llevaron a optar por estos medios de
expresión?
Puede que ambas, estuvieran ahí desde siempre y en vez
de ver ese atajo para desarrollar algo que me llenaba y satisfacía, la vida me
llevó por un "GR" - largo recorrido-
hasta llegar años más tarde al camino
y seguirlo. Empecé a escribir hará unos 20 años, pero ya en el colegio,
a un profesor le pareció ver en mi "madera" literaria. En una
excursión de final de curso, ... y lo recuerdo con dulce nostalgia, gané el
premio a la mejor redacción y me regaló dedicado, el libro " Mujercitas
" que aun conservo. También en mi trabajo, durante
muchos años, digamos que esta facilidad me ayudó en mi puesto de secretaria.
¿El
polifacetismo es una manera de expresar lo mismo gracias a varios médiums o una
manera de distribuir y canalizar imaginación, emociones concretas, etc., en función
de cada especialidad?
Más bien diría que de distribuir y ampliar tu imaginación, la ejercitas lo suficiente para que las emociones afloren
y éstas impulsen al cerebro, para poder consolidar esa necesidad de crear y la
idea empiece a palpitar por sí sola. Pero no creo que exactamente sean
emociones concretas.
Empezaré
por la segunda pregunta del párrafo. Sí, soy disciplinada y muy respetuosa con
quien en momentos determinados, sean exposiciones, galerías o ferias, se para
delante de un cuadro mío. Con lo cual el “sale cuando sale” ha de ser con una
coherencia y siempre con la base que me impulse a ilusionarme, con un proceso más o menos largo
de maceración. Pero sí que ha de haber un “flechazo” con la idea.
¿Escribir
o pintar es un trabajo o un placer?
Rotundamente
para mí, el pintar y escribir es un placer, “con mayúsculas, subrayado y con
negrita.” No me lo he planteado, pero creo que si lo viera como un trabajo cuando pinto o escribo, puede que no
sería “yo” y sería más comedida o menos libre manifestando lo que siento, ya
que un trabajo, se traduce en negocio y el negocio en dinero. Puedo estar
equivocada, pero hoy por hoy, no me he planteado pintar ni escribir nada que no
salga “de las entrañas del volcán”.
En
relación con la pregunta anterior: Tal como un músico trabaja sus escalas, ¿te
planteas la escritura o la pintura como un continuo desarrollo y aprendizaje?
¿Cuáles son tus “escalas”?
Creo que en estos momentos difíciles, las escalas han
de ir en zapatillas y poco a poco, día a día, “alimentar lo que te alimenta”
estar en contacto con gente de estos círculos, transmitir tu sentir, acostumbra
a tener efectos “boomerang” y nunca se sabe... Creo que mientras podamos pensar
en positivo, (aunque a veces caemos en pozos de adversidades). Pues eso, mientras
tengamos la energía suficiente, esa parte viva, vital, del niño que hay en
todos nosotros y que es muy necesario esté bien nutrido para luchar en el
constante aprendizaje, esas escalas, van creciendo y cobran forma tímidamente,
aunque por supuesto con el soporte y
ayuda de tu entorno próximo.
En
su penúltima novela, Dublinesca, Enrique Vila-Matas hablaba de las obligaciones
del lector y se preguntaba por la reaparición del lector con talento,
escribiendo lo siguiente: “Los escritores fallan a los lectores, pero también
ocurre al revés y los lectores les fallan a los escritores cuando sólo buscan
en éstos la confirmación de que el mundo es como lo ven ellos…”. ¿Qué esperas
de los que te leen o miran tus cuadros?
Más bien creo que los lectores fallan a los escritores
y en ningún momento pienso que el mundo del que escribe es un mundo aparte,
sino añadido, aunque el escritor sí que
ha de ser exigente consigo mismo y siempre intentar de sorprender a su público
y no encasillarse. El talento es algo
que pesa poco, pero es el todo para que nuestro motor funcione con
una “permanente puesta a punto” en cualquiera de las facetas de la vida.
Hablemos
de tus cuadros. ¿Cómo llegaste a utilizar tantas técnicas distintas para
componer tus obras?
Cuando empecé a pintar, lo asocié como al niño que
empieza su primer curso en el colegio, o
sea parvulario. Intentaba dominar el pincel y los colores. Al igual que él sus
lápices, pulso y proporciones. Después de un tiempo de prácticas, totalmente
autodidactas, hice un curso de tres meses de pintura creativa y ahí, con los
empujones del profesor, fue saliendo la verdadera vena de lo que me gustaba
hacer. Empecé a perder el miedo, pensando simple y llanamente que lo que hacía
era para entretenerme y disfrutar. A partir de ahí, me hice de asociaciones de
artistas. Soy de tres. Empecé a participar en exposiciones, ferias etc., con lo
cual eso requería esfuerzo, tesón, perseverancia, motivación, comunicación. Ese
aprendizaje empezaba a izar su bandera, aunque sin un rumbo determinado. Pausadamente,
canalizaba mis modestos objetivos. Necesitaba innovar, crear un estilo propio,
experimentar y sobretodo pasármelo bien con lo que hacía.
¿Puedes
explicarnos un poco cómo te planteas la composición de un cuadro?
Las pequeñas bases adquiridas, siempre me han valido
como punto de salida, pero cuando se me ocurre qué material voy a emplear, ahí
empieza la revolución y me sumerjo junto a esa idea, procurando hacerlo cada
vez mejor, pero al mismo tiempo, como si fuera la primera vez. Ocasionalmente
influye el estado de ánimo, aunque el subconsciente muchas veces hable por mí. A
veces veo fotografías por Internet, otras provoco entrar en complicidad con una
imagen que me atrae. Nunca copio. Utilizo la imagen como base. Aunque a veces uso
varias ideas y hago un pack.
Sin querer y aunque no tenga específicamente un tema
predilecto, me producen mucho placer los temas de naturaleza: nubes, montañas,
flores, praderas, cielos... Puede que por la añoranza de no poder estar ahí
pintándolos en directo.
¿Consideras
cada obra como un mundo en sí o la relacionas con las anteriores y el proyecto
de las que están por venir?
No las relaciono. Cada obra tiene su propia identidad, pero su ADN sí que
forma parte de la misma familia.
Haciendo
una especie de historia personal, ¿has tenido periodos creativos distintos y
las podrías detallar un poco?
Si al decir distintos periodos creativos, te refieres
a evolutivos, te diré que sí. Me he engolosinado en realizar mis obras en
tamaños grandes que permiten dejar una huella más profunda y laboriosa, de los
materiales aplicados, bien collage o
técnicas mixtas. Pero también más peligrosas a la hora de ser transportadas. Y
ahora, estoy optando por cuadros más manejables y más fáciles de transportar.
Hablemos
ahora de escritura. ¿Hay escritores/-as concretos/-as que te han impulsado o
conducido a la escritura, o quizá una obra especial?
Al igual que la pintura, puedo quedarme con el poso de
una lectura, pero cuando escribo, lo
hago en lo que en ese momento me dicta el corazón y sin ninguna influencia.
Aunque reconozco que cuanto mayor es el
conocimiento tu percepción se ve favorecida a la hora de llegar al lector.
¿Qué
tipo de lectora eres: compulsiva, selectiva, diletante, exigente, etc.?
Simplemente, soy selectiva.
¿Cómo
lees: con expectativas concretas, con ojo crítico, con búsqueda del placer de la lectura, etc.?
¿Lees con lápiz en mano?
Me contradeciría en la pregunta que me has hecho
antes, si te digo que leo con ojo
crítico o lápiz en mano, pues valoro
mucho el esfuerzo del escritor que necesita siempre reconocimiento y valoración.
Pues piensa mucho, se documenta más, se
quita horas de sueño y normalmente, cuando escribe “fin” en su obra, es un
“inicio” de interrogantes, antes de saber que recibe buenas críticas y la gente
llama o no, a la puerta de su nombre. Con lo que me quedo con el placer de la
lectura (selectiva).
En estos momentos, creo que hay mas oferta que
demanda. Por supuesto que hay mucha gente que lee, pero creo hay un pequeño
bache literario. Sí, puede parecer que se publica demasiado, pero en realidad
se lee menos.
Es un cambio de hábitos. Hemos de acoplarnos a las
nuevas tecnologías. Internet, tiene su lado positivo, pero sí que crea una
alteración entre autor-lector. Si esta pregunta se hubiera producido dentro de
30 años o menos, no habría cabido la
duda. Internet será el “padre superior “ para todo.
Por
lo que he leído de ti, básicamente relatos cortos, he podido apreciar que te
gusta introducir elementos mágicos o maravillosos en tus textos. ¿A la
realidad, le falta una sobre-dimensión para ser más llevadera?
Efectivamente, a la realidad le falta casi siempre una
sobredimensión para ser más llevadera. Creo que a la literatura de a pie, no
podemos ponerle cara seria, ni rígida, ni encorsetarla con un traje militar. El
sentido del humor, el doble sentido de las frases, mezclándole una ironía bien
etiquetada, con el aderezo de fantasía y el talento del buen lector, hacen que
cuando el libro está delante tuyo, no te sientas metido en unos zapatos, que no
te dejan respirar los pies, sino en unas cómodas zapatillas, con las que te
sientas cómodo y relajado y cuando cierras el libro, quedes imantado a su
contenido.
A pesar de nuestros intentos, el caudal de este río va
cogiendo mucha fuerza y aunque aun quizás no sea alarmante, el hecho de hacerme
esta pregunta quiere decir que “cuando el río suena, agua lleva“.
¿Cuáles
son las cualidades y aptitudes indispensables para ser un buen escritor?
Creo que las principales cualidades han de ser saber
escuchar. Se aprende mucho. Otra puede ser, saberse poner en la piel de otros,
sentir lo que sienten. Ser buen observador. Siempre lo primero es soltar al
lápiz. Que corra, cabalgue o haga sus pausas. (Igual que ese perrillo que hace
horas que no ve la calle, y se vuelve loco al tener contacto con la tierra). Sólo
entonces estará capacitado, para cumplir su función de llegar al lector de la
cabeza a los pies.
Creo
que participaste, con Antonio García Lorente, en Vilapoètica, en Viladecans.
¿Qué esperas de estas manifestaciones?
Sí, participé en dos ocasiones con Antonio García
Lorente. Una, en el libro “Sonrisas del Sahara” en un festival que se hizo a
los niños de acogida saharauis en 2010 en El Prat de Llobregat. Y otra con el
libro “El crak del 2009” en Viladecans, en el mismo año. Éste era la
recopilación de situaciones extremas de gente que ya masivamente, iba perdiendo
su trabajo. Cada vez que hago una colaboración, no espero nada en concreto,
sólo el participar y compartir con otros escritores nuestro sentir. Y el hecho
de estar ahí, ya es avanzar en el camino.
¿Llevas
mucho tiempo escribiendo poesía?
Sí, bastante tiempo. Los mismos 20 años que llevo
escribiendo, he intercalado poesía.
¿Cómo
ha ido evolucionando tu escritura poética a lo largo de los años?
Vale el mismo ejemplo del parvulario. La práctica
allana el terreno. Cuando leo poemas “antiguos” veo un gran cambio en las
expresiones y me río de mí misma. Igual que cuando miro una fotografía en
blanco y negro. Puede que ahora, al pensar que lo que escribo puede ser
publicado o leído en voz alta, ha hecho que busque llegar con profundidad al
que me escuche o lee con la necesidad de que viva ese poema conmigo, de la mano
de la complicidad y comprensión. Lo cual
me lleva a ser mucho más crítica conmigo misma. Cuando empecé, nunca pensé que
podía avanzar y escribía para mí, como una terapia, como una confesión anónima
y silenciosa de mi sentir, sin temor a
ser criticada, ni pretensión de ser comprendida.
Si
te pidiera que me hablaras de tu poesía, ¿qué nos podrías decir?
Cuando se es sincero y nunca se pone “caretas” delante
de nada, es fácil que te hagan una “fotografía” cuando recitas. Incluso cuando
hablas. He asumido ese riesgo, que va un poco atado a tu intimidad que sale
camuflada entre líneas.
¿El
mundo es cada vez menos poético?
Sí, desgraciadamente, ser romántico es algo en desuso
y un poco anticuado. El mismo progreso y evolución empuja con tal fuerza que
muchos valores pierden su potencial. La poesía en estos momentos se va
debilitando delante de las nuevas
generaciones que combaten con Facebook, You-tube, móviles, Tuenti,
chats, botellones, etc. Muy a nuestro
pesar iniciará un rumbo a lo desconocido, puede que no lo lleguemos a ver.
Me encanta la música. No toco ni domino ningún
instrumento, pero me hubiera gustado mucho que el piano y yo fuéramos muy
amigos. Admiro muchísimo a los músicos. Lo que han de ensayar todos los días y
el sacrificio que representa una carrera tan larga. Ellos también hacen poesía
con la música.
¿Hay
otro(s) camino(s) expresivo que te gustaría o que te hubiese gustado recorrer?
Pues unido a la anterior pregunta, sin duda a tocar el
piano.
¿Pintar
o escribir te hacen feliz?
Verdaderamente muy feliz. Cuando he ido “soltando
lastre” y han aflorado, sentimientos, emociones, proyectos, ideas,
satisfacciones, placeres e inquietudes, el cóctel tiene ya un nombre propio: Felicidad.
Para acabar nos podrías recomendar:
2) Un libro (prosa): Una maestra en Katmandú, de Vicky Sherpa (y biografías).
3) Un libro (poesía): Poemas de amor, de Pablo Neruda.
4) Una película: La vida es bella (inigualable).
5) Un lugar por visitar: La Toscana (desde que vi la película,” Bajo el sol de la Toscana).
6) Un cuadro: Patio. Vendedor de naranjas de Joaquin Mir, me encanta su fuerza, su colorido. Era un niño mayor pintando.
7) Una página web o un blog de interés: Cualquiera sobre información cultural.
Todas las obras que aparecen en esta entrevista son de Elena y están en su blog:
http://elenaalmeda.blogspot.com.es/p/mi-galeria-de-pintura.html
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